Este hotel es verdaderamente excepcional en todo: las calidades de construcción, la decoración, la limpieza y el confort de las habitaciones, y también el trato del personal, siempre amable y dispuesto a ayudar. Esta fue la segunda vez que nos alojamos allí, y pudimos probar la zona de "wellness", que aún no estaba abierta unos meses antes, y también nos sorprendió por el despliegue de calidades. No probamos en cambio el desayuno porque decidimos explorar bares locales de Tarancón, pero sí el restaurante, que nos gustó tanto como la primera vez.